Luego de las crisis económicas y políticas que ha tenido Grecia en las últimas décadas, con la constante amenaza de guerra en su vecindario y hasta en sus fronteras, ha venido el coronavirus. A lo largo de la historia, el pueblo griego ya ha vivido situaciones similares. Muchas veces. Homero canta la cólera de Aquiles contra Agamenón, en el noveno año de la guerra de Troya, hace ya más de tres milenios. Encima de eso, sobreviene una peste sobre el ejército de los descendientes de Heleno.
Es curioso que en algunos momentos se le arrinconó a la República Helénica y hasta se le intentó expulsar de la Unión Europea. Se estigmatizó a su población. Pero la cultura milenaria se mantuvo en pie. Los más insistentes en el Grexit, terminaron siendo los que protagonizaron el Brexit. Ya veremos cómo les va. Les deseamos lo mejor, así como un feliz retorno a la casa europea de la que no debieron salir nunca.
Todo se repite. Esos hados funestos, apocalípticos discursos sobre el sombrío futuro de Grecia, ahora los escucho sobre Costa Rica. Igualitos.
Pero todo pasa. Precisamente es con la actual pandemia que todos los países han quedado en el mismo nivel. Los arsenales nucleares no han defendido a ninguna de las grandes potencias contra tan diminuto virus.
Una crisis que nos afecta a todos. Una crisis en la que todos somos iguales. Una crisis de la cual nadie sale solo. Una crisis de la que debemos salir juntos. Más fuertes, más seguros, más libres.
Todo pasa, pero deseo con fervor que no sea para volver a las mismas artimañas prepandemia.